martes, 12 de abril de 2011

El color como creador de sentido

El color es considerado como un elemento más del sistema gráfico. Una imagen puede ser policromática o mono, o dicromática; pude reproducir fielmente los colores naturales o bien modificarlos e inventarlos.

El color no existe un estado puro, pero incluye significantes diversos en el mundo de las imágenes funcionales y el diseño. Y, por supuesto, incluye a su vez resonancias psicológicas.

Clasificación funcional de los colores: 3 grupos más o menos icónico: color realista, color fantasioso, color sígnico.

Cada uno de estos tres apartados implica sus variables icónicas de distinto grado en las dos primeras y sígnica en el último:

. Realista: naturalista, exaltado, expresionista.

. Fantasioso: imaginario, arbitrario.

. Sígnico: esquemático, señalético, emblemático.

La semiótica del color (sentido que le aporta a una imagen) es función de dos componentes: 1. El grado de iconocidad cromática (relación color-forma y realidad representada); 2. Psicología de los colores (lo que la imagen en su conjunto evoca además de lo que representa: vincula la imagen a sentimientos y emociones)

En heráldica los escudos, blasones y banderas tienen sus códigos simbólicos. Según Fernando Navia fue con los escudos y blasones que se estableció un verdadero sistema codificado que constaba de cinco colores principales o “esmaltes” y otros colores llamados “de figuración”: el oro y el plata, generalmente los colores propios del metal (aunque a veces el plata se subtitula por el blanco), el naranja y el marrón.

El simbolismo del Azul era la lealtad, la justicia, la fidelidad, el gozo, la buena reputación y la nobleza.

El Rojo significaba amor, audacia, valor, coraje, cólera, crueldad.

El verde era el honor, la cortesía, el civismo, la esperanza, el vigor y el gozo-

El púrpura representaba la fe, la devoción, la templanza y la castidad.

El negro era el luto, la aflicción, la constancia en la tristeza, la sabiduría y la prudencia.

El dorado significaba la sabiduría, el amor, la fe, las virtudes cristianas y la consciencia.

El plateado o el blanco, simbolizaban la prudencia, la inocencia, la verdad, la esperanza y la felicidad.

El naranja era la inestabilidad, la disimulación y la hipocresía.

El marrón era el símbolo de la penitencia, la pena, la traición y la humildad.

Los colores de las naciones en sus escudos y banderas tienen también los orígenes que se pierden en la historia política de los pueblos, y son colores puros, saturados y planos (sin matices ni texturas).