martes, 16 de agosto de 2011

El escudo nacional y su iconología - E. Zeballos

El escudo argentino es, por cierto, una concepción científica y artística en que se funden las tradiciones locales, el arrebato militar de la época y la influencia de la educación clásica. En efecto, evitando con venerable buen gusto la vulgaridad, á veces chocante ó ridícula, que abunda en los blasones de la nobleza europea y en ciertos escudos locales y nacionales, los hombres de mayo se inspiraron en las tradiciones clásicas de la Unión, de la Libertad y de la Gloria, observando estrictamente las reglas científicas del Arte Heráldico para simbolizarlas en el blasón de la Patria. Es por eso de una sencillez y belleza incomparables.

La pica sosteniendo el gorro frigio de gules, doblado abajo, que ocupa el campo del escudo, cruzando sus dos cuarteles de plata y azur ligero, es una reminiscencia clásica. El gorro colorado de los frigios, imitado aún por los catalanes y otros provinciales de España, es originario del pueblo cuyo nombre lleva (Frigia), de inciertas tradiciones y de historia que por remota permanece incompleta todavía. La antigüedad greco-romana usó el gorro frigio en el sentido político, que la época moderna acepta y pasea en triunfo. Fue, en efecto, el distintivo de los esclavos restituidos á la dulce libertad. Un clásico ha dicho: « Era aquel bonete insignia de libertad. Los esclavos llevaban el cabello largo y la cabeza descubierta y en adquiriendo la libertad se cortaban el cabello y usaban del bonete

La historia romana describe varios sucesos en que el gorro fue paseado en las calles de la ciudad imperio, sostenido por una pica, cual lo dibuja nuestro escudo, como insignia libertadora.

El gorro sostenido por la pica fue por eso usado en los Estados Unidos, en Francia, en los Países Bajos y en las Provincias Unidas del Río de la Plata cual emblema de redención política, y como juramento solemne de conquistar y mantener la Libertad con las armas en la mano.

Los brazos, movientes en el cuartel de plata del escudo, expresan la Unión fraternal de las provincias constituidas en la nueva y gloriosa Nación.

Se dice que las manos son movientes porque salen de los flancos del blasón y avanzan hacia el centro de su campo.

La Fe, figura representada por dos manos que se unen, dibujadas de frente. Es vestida, cuando los puños están cubiertos de alguna tela de esmalte diferente. Las dos manos deben ser diestras, porque representan « un apretón de manos » (Gourdon de Genovillac). «Fe, se dice de dos manos que se estrechan. Símbolo de reconciliación, de alianza y de fidelidad». Tal es el concepto de leal é indisoluble unión de las provincias coloniales, que ellas representan en el escudo argentino. Al sostener la pica, que alza el gorro frigio, las armas nacionales figuran el propósito solemne de defender y de conservar la Libertad y la Unión.

En resumen: los atributos combinados del blasón nacional, gorro, pica y manos encajadas que la sostienen, responden á la idea de la aparición de las provincias del Virreinato en el concierto de las naciones independientes, bajo los auspicios del lema: En Unión y Libertad, que la moneda, decretada por la Asamblea el 13 de abril de I8I3, consagró en el cuño perdurable.

La corona sinople que circunda el óvalo del escudo es también de clásico origen. Fue la rama del laurel el símbolo militar del Triunfo y de la Gloria en la antigüedad. Corona y ramas de laurel inmarcesible eran ofrecidas á los emperadores, generales y soldados romanos, que las ostentaban orgullosos en las procesiones del Triunfo, decretado por la gratitud nacional. Este concepto de los hombres de Mayo está expresado en el coro del Himno Nacional

Sean eternos los laureles.... Que supimos conseguir,

en cuyo verso los laureles corresponden á las victorias obtenidas por la Revolución en los primeros cuatro años de vida libre. El simbolismo de los dos cuarteles del escudo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, fue rodeado pues, por la corona clásica de ramas de laurel siempre verde, en conmemoración de las glorias recientes que circundaban de luminosa é histórica aureola á la nueva Patria.

Es una corona de laureles y no una guirnalda, porque, como se ve en el sello, no tiene solución de continuidad. Dispuso la Asamblea, en efecto, que las ramas se cruzaran en la parte inferior del escudo atadas con el lazo celeste y blanco de los revolucionarios de Mayo de 18 10, y que en la parte superior se enredaran dos ramas finas, cubriendo la faz del Sol en meridiano.

lunes, 1 de agosto de 2011

Proceso de Abstracción en el campo visual

En el proceso de la abstracción se eliminan los detalles que interesan y se cárgale acento en los rasgos distintivos. El proceso de abstracción es también un proceso de destilación, en el que se produce la reducción de factores visuales múltiples a aquellos rasgos esenciales y más específicos de lo representado. La eliminación de detalles hacia una abstracción total puede seguir dos vías: la abstracción hacia el simbolismo, a veces con un significado experimental y otras con un significado arbitrariamente atribuido, y la abstracción pura o reducción de la declaración visual a los elementos básicos que no guardan conexión alguna con cualquier información representacional extraída de la experiencia del entorno.

La abstracción hacia el simbolismo requiere una simplicidad última, la reducción del detalle visual al mínimo irreductible. Un símbolo, para ser efectivo, no sólo debe verse y reconocerse sino también recordarse y reproducirse. Por definición, no puede suponer una gran cantidad de información detallada. Cuanto más abstracto es el símbolo, con mayor intensidad hay que penetrar en la mente del público para educarla respecto a su significado.

La abstracción no tiene por qué guardar relación alguna con la simbolización real cuando el significado de los símbolos se debe a una atribución arbitraria. La reducción de todo lo que vemos a elementos visuales básicos constituye también un proceso de abstracción que, de hecho, tiene mucha más importancia para la comprensión y estructuración de los mensajes visuales. Cuanto más representacional sea la información visual, más específica es su referencia; cuanto más abstracta, más general y abarcadura. Visualmente, la abstracción es una simplificación tendente a un significado más intenso y destilado.

La abstracción puede darse en el campo visual, no sólo en la pureza de una formulación visual desprovista hasta el extremo de quedar reducida a una información representacional mínima, sino también como abstracción pura que no establece conexión alguna con datos visuales conocidos, sean ambientales o experienciales.

Los múltiples niveles de expresión visual, entre los que figuran la representacionalidad, la abstracción y el simbolismo, ofrecen opciones tanto de estilo como de medios para la resolución de los problemas visuales.

La formulación visual abstracta es profunda y que la representacional no es, después de todo, sino imitación y superficialidad en términos de profundidad de comunicación. Pero lo cierto es que, incluso cuando vemos un informe visual del entorno que es altamente detallado y representacional.

El contraste es, en el proceso de la articulación visual, una fuerza vital para la creación de un todo coherente. En todas las artes el contraste es una poderosa herramienta de expresión, el medio para intensificar el significado y, por tanto, para simplificar la comunicación.