Surge el liberalismo, término usado desde 1814, que caracteriza el sistema de creencias que se oponía al poder absoluto del Estado y la Iglesia. Libertad y progreso fueron las claves de la época.
El Romanticismo no es una actitud frente a la existencia con sentimientos de nostalgia y melancolía. De acuerdo a Víctor Hugo en el prefacio a Cromwell (1828), es la expresión literaria del liberalismo.
Es un fenómeno típicamente urbano. Los artistas románticos son hombres jóvenes, estudiantes y de filiación antiburguesa. Lo curioso es que muchos de estos románticos dejaron de serlo después de los treinta años de edad para volverse burgueses y conservadores.
La añoranza de la naturaleza, la noción de la naturaleza como unitaria, lo cual condujo al panteísmo. De ahí la expresión "alma universal" o "espíritu universal". Todo es uno, uno es todo. En nuestro continente surge un interés renovado en la naturaleza americana, lo cual da lugar a innumerables viajes de expedición y exploración científica por parte de hombres de ciencia extranjeros. El más famoso de ellos es el alemán Alejandro Von Humboldt (1769-1859). Este interés en la flora, la fauna y la geografía americana desemboca en una fascinación con el pasado precolombino y con el indígena americano mismo.
El Romanticismo contribuyó a reforzar los sentimientos de identidad de cada una de las naciones, pues se interesaba en destacar las particularidades o "alma popular" de los pueblos (su historia, su lengua y su cultura). De aquí que los escritores se dedicaran a recopilar canciones y cuentos populares, como por ejemplo los hermanos Grimm. De aquí también que los precursores de las guerras de independencia fueran todos románticos.
El género literario por excelencia durante el Romanticismo es el cuento, junto con la poesía lírica.
Según Picard, hay dos tendencias del romanticismo: la pasadista (europea) y la social. La pasadista tiende a exaltar el pasado con una nota de melancolía, retorno al individuo y un marcado escapismo a la Edad Media. En Hispanoamérica no existe la primera; la que predomina es la social; el narrador utiliza la literatura como instrumento de reforma social.
Para el escritor neoclásico, la función de la literatura es expresión de la sociedad con el fin de corregir los vicios y promover las virtudes; para el romántico es lo mismo, sólo que la idea que ambos escritores tienen sobre la sociedad es diferente. Para el neoclásico, la sociedad es el conjunto de comportamientos y normas abstractas y universales; para el romántico, sociedad es el conjunto de expresiones características de un pueblo, la expresión de su nacionalidad. El Romanticismo hispanoamericano evolucionó hacia un conservadurismo católico.