martes, 30 de noviembre de 2010

La adaptación estética de los símbolos heráldicos en la actualidad

El estilo estético heráldico es ajeno a una representación realista, por lo que se caracteriza por la creatividad. Este potencial creativo ha propiciado su valor estético y su estrecha conexión con los caracteres artísticos que se han sucedido a lo largo de la historia. En los primeros tiempos las diferencias de estilo entre los diversos países son imperceptibles, ya en el siglo XIII se distinguen claramente estilos nacionales que se van acentuando en los siglos posteriores. La actualización estética de estos símbolos internacionalmente establecidos es perfectamente posible mediante el adecuado estudio heráldico y la coherencia de la interpretación gráfica o diseño profesional. Sin embargo, el diseño heráldico debe estar en conformidad con las demandas estéticas y comunicacionales de nuestro tiempo. A lo largo de casi un milenio, la heráldica se ha convertido en un lenguaje visual perfectamente estructurado y el precedente más claro de la imagen corporativa actual. Sebastián Garrido dice que la capacidad lingüística y funcionalidad de la misma como símbolo ha dado lugar a una evolución estilística que ha ido en consonancia con los sucesivos movimientos artísticos. Si los símbolos heráldicos han estado perfectamente integrados en su tiempo, en su entorno social y artístico a lo largo de la historia es lógico que ahora su diseño pueda ser consecuente con las tendencias actuales.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Los colores Nacionales

Existen varias teorías a cerca del origen de los colores nacionales argentinos ya que al no hallarse ninguna documentación precisa a cerca del linaje de los colores de la bandera Argentina, varios autores hicieron sus propias conclusiones deduciendo cuál podría ser el origen del celeste y blanco (azur y plata en lenguaje heráldico). Una de las conclusiones es que Belgrano en 1812 se haya inspirado en colores blanco y celeste de la escarapela de 1812 (Carlos IV reglamentó el uso de uniformes de la orden en donde tenía como insignia la escarapela con estos colores) los cuales gratificaban la postura de fidelidad al Rey Fernando VII, basándose en la autonomía sobre el estado Español en manos de Napoleón. A su vez Carlos VI fue Rey durante el Gobierno de Borbón de España (sucesor e hijo de Carlos III también Rey de Borbón). El escudo de representaba a la casa del Borbón estaba, y esta hoy día, compuesto por los colores azul claro y blanco, como también lo fueron los colores de la cinta que utilizaba Carlos VI en su vestimenta.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Leyes del lenguaje heráldico

En el lenguaje de la heráldica los elementos compositivos tanto como los colores, son simbólicos. Existen reglas principales las cuales deben ser respetadas en el momento de diseñar un escudo, de otra manera se considera que las armas son falsas.

La regla principal del color prohíbe superponer metal sobre metal o color sobre color. La de las figuras propias de las armerías, dice que estas deben de estar en la situación y lugar que les corresponde En cuanto a las figuras naturales, artificiales y quiméricas, cuando no hay más que una en el escudo, se colocan en el centro del mismo, y sea cualquiera su tamaño natural, se representan llenando todo el campo, si bien sin tocar los extremos.

Cuando las figuras que no son piedras honorables existen en el escudo en un número de tres, se ponen dos en jefe y una en punta, sin necesidad de especificarlo.

martes, 2 de noviembre de 2010

¿Qué hacer para aumentar el valor del diseño?

Se abrió un debate en Foroalfa (www.foroalfa.org) que me pareció interesante para pensar:

¿Los clientes pagan poco porque no valoran el diseño o porque los diseñadores no saben manejar su negocio?

¿Como salir de esta situación? ¿La solución está en producir un cambio en la mentalidad de los clientes o en la mentalidad de los diseñadores?

Cada vez con mayor frecuencia se escuchan las quejas de los diseñadores sobre lo poco que les pagan sus clientes. Si bien en cada país hay algunos diseñadores que logran cobrar muy buenos honorarios, también es cierto que hay miles y miles de profesionales que se enfrentan con la dura realidad de ganar poco, o bastante menos de lo que pretenden.

Y son muchas las explicaciones que suelen ensayarse: incomprensión por parte de los clientes acerca de los beneficios que otorga el diseño; falta de colegios profesionales que pauten honorarios; sobreabundancia de diseñadores que hace bajar los precios (la ley de la oferta y la demanda en el mercado); universidades que no enseñan los aspectos comerciales de la profesión; etc. Pero la situación está dada: la mayoría de los diseñadores negocia sus honorarios en inferioridad de condiciones, frente a clientes que sí saben cómo hacer funcionar su negocio.