lunes, 27 de septiembre de 2010

Identidad Institucional.


La identidad de una institución pública, una nación, religión o municipio, no suele ser una elección como la que puede ejercer sobre una empresa /entidad que nos ofrezca un producto/servicio.

Una corporación institucional requiere, como una empresa para ser competitiva, de un programa integral de identidad, que reúna sus valores propios, construya una estrategia identitaria adecuada a sus posibilidades e intereses y planifique un sistema eficaz de comunicación.


En una institución pública la identidad existe previamente, pero es preciso revisar, reorganizar, complementar con valores positivos y definir.


En el ámbito de las instituciones oficiales los cambios de identidad visual sustanciales no implican sustituir todos los soportes correspondientes a un diseño anterior, pues se asume la evolución histórica de la corporación y esos referentes iconográficos anteriores son meramente un dato alusivo al momento de su ejecución. El respeto a lo anterior debería ser clave en este ámbito para evitar que cada vez que haya un cambio de poder, de partido o de gobernantes, se produzca una eliminación de la anterior pata implantar la imagen de la nueva administración.


En este sentido, el símbolo heráldico juega un papel especial, pues el estilo, el detalle o la versión utilizada es intrascendente cuando se sabe que son expresiones del mismo referente.

Pensar en sistema...

“Un sistema es una totalidad funcional, un conjunto íntegro que se compone de partes diversas”. Joan Costa


Pensar en sistema implica pensar en forma de red donde cada una de las partes son interdependientes, organizadas según una estructura funcional cuyo fin es la eficacia. Esta partes ocupan un lugar preciso y ejercen una función específica en relación con las demás y respecto al todo, de modo que un cambio en una de ella repercute en las demás y el la totalidad del sistema. Existen también los llamados vectores jerárquicos que rigen su conducta proactiva y reactiva.

Dentro de la estructura de organización interna del sistema, hay constantes y variables.


Los sistemas se pueden clasificar de la siguiente manera:


  1. Según su complejidad: hay sistemas de alta o baja complejidad, los de baja complejidad sin aquellos cuyas constantes y variables no son muy complejos y cada unas de las partes no conforman un subsistema. Los de alta complejidad, son aquellos cuyas variables y constantes tiene un alto nivel de complejidad o cuyas partes son también sistemas.

  1. Según sus características:

. Sistemas operativos: su estrategia se apoya en los aspectos formales – gráficos de las piezas.

. Sistemas Comunicacionales: la estrategia del sistema se apoya en el aspecto conceptual de las piezas.

. Sistema mixto:

Son aquellos cuya estrategia se apoyan tanto en los aspectos formales como los conceptuales.

  1. Según se flexibilidad:

Un sistema puede incorporar (o no) a su estructura nuevas partes constitutivas de modo que pueden clasificarse en sistemas abiertos y cerrados

martes, 14 de septiembre de 2010

Los significados de un signo identificador

Norberto Chavés en su reciente libro “Marca. Los significados de un signo identificador”, habla del concepto erróneo del “signo identificar”, error que suele generar serios defectos en el diseño.

Este error que trae el autor es el de creer que toda marca necesita de una función semántica. Para explicar este concepto Chavéz sita varios ejemplos de grandes empresas, ya instauradas hace años, quienes tienen la necesidad de “modernizar” sus marca. Este rediseño realizado por diseñadores se llena de conceptos y significaciones forzadas y pretenciosas, que formalmente cuesta interpretar. Según el autor, la función semántica no es la única ni la más importante que debe cumplir el signo identificador, en algunos casos esta función suele estar ausente o pasa a ocupar un segundo lugar. Este presupuesto de que los signos identificadores deben tener una función semántica, se desmorona al observar ejemplos de las mejores empresas respaldadas por sus marcas que sólo cuentan formalmente con la tipografía utilizada para escribir el nombre de dicha empresa. En algunos casos se agrega algún elemento gráfico que acompaña la tipografía, pero al ser un elemento cuyo significado se desconoce o se pierde a través de los años, pasa a ser solo un símbolo reconocido por el público. Por ejemplo en el caso de Shell, si bien al principio la concha de mar tenía su significado semántico, era conocido por pocos y su origen fue quedando en el olvido siendo hoy un símbolo arbitrario.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Identidad nacional e imagen institucional

A diferencia de una empresa/entidad, la identidad de las instituciones públicas ya sean nacionales, provinciales o municipales, no suele ser una elección, existe previamente. Desde que nacemos nos forman y educan bajo el canon de que los escudos, banderas e himnos nacionales son sagrados símbolos patrios. Es tan fuerte este sentimiento de respeto y de identificación con nuestra Patria que no nos atrevemos a cuestionarlos, esto es a lo que Fernando Navia (Diseñador Gráfico de la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco de México) llama “colonizar las mentes”, la ceguera del observador emocional. Navia asume a que una mente colonizada no le inquieta saber el origen y el significado de los signos (escudo, bandera) que lo identifican ya que ese significado se diluye en la potencia de la estructura formal y estética. Es decir que uno al tener ya una imagen fuertemente establecida en su mente que la toma como propia, como signo identitario y que se representa a través del mismo, suele olvidar o ignorar el verdadero significado de esos signos gráficos.

Esta ceguera emocional pasa a ser un problema a la hora de realizar una modificación por ejemplo en algún escudo nacional, si bien a lo largo de la historia se han realizado cambios en escudos nacionales, estos no se han sido verdaderamente profundos ni se ha hecho desde estudios serios. Esto se debe por miedo al cambio.